Cuando el trabajo de parto o cesárea ha finalizado y la puérpera ya se ha estabilizado en la sala de recuperación, se procede a su traslado a la sala obstétrico- ginecológica, donde la paciente continuará con su recuperación. Es recomendable, que no haya muchas personas en la habitación, para que madre e hijo puedan descansar tranquilamente y relajarse tras el acontecimiento. (FOTO 1) No se debe olvidar, que para muchas mujeres, la maternidad es un hecho nuevo, siendo muy probable, que la ansiedad o el miedo afloren ante la llegada del recién nacido. El recibimiento en la sala de maternidad es muy importante, puesto que en función de la actitud profesional, se transmitirá mayor seguridad y serenidad a la paciente. Se ofrecerán cuidados de calidad, en los que la vigilancia y atenciones adecuadas, evitaran posibles complicaciones, y en caso de que surjan, se podrán identificar y tratar de forma precoz.
En este artículo, se recordarán los cambios físicos y psicológicos, que se producen después del parto o cesárea, detallando los cuidados de la mujer en el puerperio, haciendo mayor hincapié en el puerperio inmediato y clínico, que son los que suceden durante su ingreso en la sala obstétrico-ginecológica.