La diabetes dependiente de insulina (diabetes mellitus tipo 1) es la forma más frecuente de diabetes en pacientes < 40 años. Ocurre como resultado de un daño autoinmune sobre las células beta de los islotes pancreáticos. El daño se produce de forma gradual a lo largo de meses o incluso años; los síntomas no se presentan hasta que se han destruido alrededor del 90% de los islotes pancreáticos. Aunque su patogenia no se conoce por completo, se piensa que ocurre por la acción de factores ambientales (tóxicos, virus) sobre una base genética.
Los síntomas clásicos de poliuria, polidipsia y pérdida de peso son tan conocidos que muchas de las familias sospechan la enfermedad antes de llegar al diagnóstico. Una glucemia tomada de forma casual > 200 mg/dl o en ayunas superior a 126 mg/dl junto a la presencia de síntomas debe ponernos sobre aviso.
Una buena educación diabetológica es clave para que la familia sea capaz de manejar la enfermedad en su domicilio.
Los cinco aspectos principales en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 son: 1) pauta de insulina, 2) dieta, 3) ejercicio, 4) manejo de las situaciones de estrés y 5) monitorización de los niveles de glucemia y de cetonuria.
Alrededor de un tercio de los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 desarrollarán insuficiencia renal y pérdida de visión. Una correcta educación y un tratamiento encaminado a prevenir tanto la hiperglucemia como la hipoglucemia son claves para evitar o retrasar la aparición de complicaciones.