La disfagia es un trastorno complejo, producido por diferentes patologías, pero sus complicaciones son comunes y graves aumentando la morbilidad y mortalidad de los pacientes que la padecen. Afecta especialmente a pacientes ancianos, debido a que durante el envejecimiento se incrementa la frecuenca de enfermedades que la causan. Las complicaciones son consecuencia de la alteración de la eficacia y la seguridad de la deglución. La deglución dificultada impide que el ingreso de líquidos y alimentos por vía oral sea suficiente, lo que conduce a deshidración y desnutrición. Al mismo tiempo se acompaña de un aumento del riesgo de aspiración de estos alimentos y del material orofaríngeo hacia los pulmones, lo que es causa de complicaciones respiratorias graves, especialmente de neumonía por aspiración. Estas complicaciones y los síntomas que afectan al paciente durante las comidas, alteran negativamente su calidad de vida. Su tratamiento requiere el abordaje de diferentes aspectos como la enfermedad causal, las características de la propia disfagia, y la prevención y el tratamiento de las complicaciones.
Por ello su manejo eficaz precisa de un equipo multidisciplinar y coordinado para diagnosticar y tratar el trastorno y evaluar su evolución. La atención nutricional es uno de los aspectos más importantes porque previene la desnutrición y sus complicaciones y disminuye el riesgo de aspiración. En la disfagia, motora o mixta se debe acompañar de la rehabilitación de la deglución para permitir en lo posible el restablecimiento de la alimentación normal sin riesgo.