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M. Ramos, B. Bueno, Guillermo Lafuente Sotillos 
, Pedro V. Munuera-Martínez , Javier Ramos-Ortega
El estudio clínico de la pronación en el pie, tanto por defecto como por exceso, se ha basado en la comparación de los movimientos eversores e inversores tanto de retropié como de antepié (1). Estas valoraciones en muchos casos resultan difíciles de cuantificar y en la práctica clínica nos parecen insuficientes para una buena exploración de la pronación patológica. Con este trabajo pretendemos describir signos clínicos fácilmente observables, algunos ya descritos en la literatura y otros no, que faciliten al profesional, por un lado confirmar que se encuentra ante un individuo con pies hiperpronados y por otro que sirva de ejercicio de aprendizaje en la observación clínica Estos signos podrán identificarse con el paciente en bipedestación o durante la marcha. En estática nos fijaremos en la huella para observar las zonas de contacto, la presencia en la zona maleolar de pliegues que nos orientarán en el estudio, la orientación antepié-retroplé, retropié-tibia y la alineación en garra de los dedos también pueden indicar pronación patológica. En dinámica observaremos además de los signos anteriores, los movimientos de los relieves óseos del pie y rodilla, y el aumento de las oscilaciones laterales del tronco pudiendo indicarnos que nos encontramos ante un paciente con pronación tarslana excesiva.
