La diabetes mal controlada puede generar una serie de complicaciones crónicas que en ocasiones representan el primer signo de enfermedad y el origen del debut clínico de la diabetes. Si se da esta circunstancia, generalmente será en los diabéticos tipo II donde las cifras de glucemia se suelen encontrar entre valores que no superan los 250 mg de glucosa por mi de sangre, la clínica de la diabetes suele ser anodina y con pocos síntomas llamativos, dando pie a que el paciente no tenga la sensación de enfermedad hasta que aparecen la primeras complicaciones crónicas.
Dentro de las complicaciones podológicas de mayor severidad, las alteraciones dermatológicas suelen ser las que incitan al paciente a acudir a consulta. La base fisiopatológica de las alteraciones dermatológicas se asientan en condicionantes neuropáticos, fundamentalmente de índole vegetativo. Sequedad de piel, hiperqueratosis, propensión a infecciones y ulceraciones son las patologías de mayor incidencia en los pacientes diabéticos, sobre todo los de tipo II no controlados con más de 10 años de evolución.
En el presente trabajo se exponen dos casos clínicos donde el tratamiento podológico, junto con el uso domici- lario por el paciente de algún preparado a base de sustancias que substituyen a las del jabón con unas propiedades antisépticas e hidratantes adecuadas para la higiene y, tras el minucioso secado, la aplicación de sustancias emolientes, muestra unos resultados satisfactorios.