Se han aplicado diferentes instrumentos biométricos que permiten cuantificar el eje fémoro- tibial, las simetrías de las extremidades inferiores, la rotación, la torsión tibial. La importancia clínica diagnostica en las primeras etapas de la vida, redundará muy en una reducción de problemas clínicos de índole podológico en las etapas avanzadas de la vida.
En el niño es frecuente encontrar hasta los 2 años un eje fémoro tibial en varo, posteriormente se invierte en valgo y finalmente entre los 7-9 años se normaliza éste ángulo adquiriendo valores normales de 175° ±2°. Si persiste el período valgoide o varoide pasados lo 9 años, será un candidato a las artralgia, gonalgias y/o coxalgias, La prevención de las lesiones crónicas constituirán la acción más importantes de la medicina preventiva de las personas en las sociedades avanzadas.