El cuidado de las personas afectadas por déficit cognitivos asociados a la demencia es particularmente exigente. Les propongo que la relación de acompañamiento sea la expresión del gesto enfermero dirigido a las personas vulnerables en el plano cognitivo. Esta relación exige "ser" con la persona: captar su experiencia, permanecer atenta a sus emociones y necesidades, comprender el sentido de sus comportamientos. El cuidado constituye el principal eslabón para asegurar el bienestar de la persona. La relación de acompañamiento se sitúa del lado opuesto del derrotismo. Establecer un clima de confianza, un cambio de perspectiva, la observación, la escucha y el tener en cuenta el entorno y la historia de vida de la persona permanecen como palancas indispensables en la relación de acompañamiento