Noemí Pereda Beltrán
La experiencia de abuso sexual conlleva importantes repercusiones en el bienestar físico y psicológico de la víctima. Se hace necesario conocer qué efectos puede tener esta experiencia sobre la salud, tanto para su posible detección temprana como para un tratamiento efectivo. Determinadas lesiones genitales y anales, la presencia de esperma, infecciones y enfermedades de transmisión sexual (gonococia, condilomas acuminados, sífilis) antes de la pubertad, así como el embarazo, pueden ser importantes indicadores de abuso sexual, si bien en la mayor parte de casos los hallazgos físicos son nulos en estas víctimas, dificultando la detección de estos casos. En la edad adulta, los dolores físicos, el trastorno de conversión, las crisis no epilépticas, el trastorno de somatización, trastornos ginecológicos, así como un inicio significativamente temprano de la menopausia, son algunos de los problemas físicos más frecuentemente presentes.
Conclusiones: conocer los indicadores y consecuencias del abuso sexual para identificarlos y detectarlos tan pronto como sea posible se plantea como una necesidad de la que los profesionales del ámbito sanitario debemos ser conscientes para poder intervenir tempranamente y de forma efectiva en estos casos.