El interés por la calidad de vida ha existido desde tiempos inmemorables. Sin embargo, la aparición del concepto y la preocupación por su evaluación sistemática y científica es relativamente reciente. La idea, que comienza a popularizarse en la década de los años 60 del siglo XX, se ha convertido hoy en un concepto utilizado en ámbitos muy diversos, como la salud, la educación, la economía, la política y el mundo de los servicios en general. Pero aún existe una falta de consenso sobre la definición del constructo. La calidad de vida tiene una dimensión objetiva y otra subjetiva. Ésta última está estrechamente vinculada a la satisfacción con la vida experimentada por las personas mayores tanto desde un punto de vista sincrónico como diacrónico, y tiene carácter multidimensional, complejidad y coyunturalidad. Las principales dificultades para la construcción de instrumentos que valoren la calidad de vida de las personas mayores se presentan desde las vías conceptual, metodológica e instrumental. No obstante, el término calidad de vida debe empapar las intervenciones sobre estos grupos de edad, por lo que ofrecemos algunas recomendaciones para su elaboración