Cuando se analizan la complejidad, la eficacia, el coste y las reacciones adversas del tratamiento de la tuberculosis (TB) se pueden apreciar importantes diferencias según el patrón de resistencia a fármacos que presentan los pacientes. Intentando simplificar, podría decirse que existen 6 niveles sucesivos de complejidad: a) susceptible a todos los fármacos; b) resistencia a isoniacida o rifampicina, pero no a los dos; c) multirresistencia (TB-MR [resistencia, al menos, a isoniacida y rifampicina]); d) TB-MR más resistencia a las fluoroquinolonas o a los inyectables, pero no a ambos grupos de fármacos; e) TB-MR más resistencia a las fluoroquinolonas y a los inyectables, que serían los 2 grupos de fármacos de segunda línea más eficaces. Ni el grupo 4 ni el 5 se corresponden exactamente con la definición aceptada actualmente de TB extensamente resistente (TB-XR, TB-MR más resistencia a las fluoroquinolonas y, al menos, a uno de los inyectables de segunda línea), que quizás no es la más adecuada, tal como se discute en este artículo, y f) por último, estaría la recientemente denominada TB totalmente resistente (TB-TR), que conllevaría resistencia a todos los fármacos de primera línea y a los 6 grupos de los de segunda línea (fluoroquinolonas, aminoglucósidos, polipéptidos, tiaminas, cocloserina y ácido para-amino-salicílico [PAS]). El tratamiento se complica notablemente en todos los aspectos y el pronóstico empeora claramente a medida que se escala en estos niveles de resistencia. En este artículo, se analizan estos diferentes progresivos niveles de resistencia, tanto desde las bases de su manejo terapéutico como de su posible pronóstico