Los estudios longitudinales sobre envejecimiento han tenido un papel fundamental en el desarrollo de la Gerontología y de la Geriatría, y se han multiplicado en los últimos 30 años. Esta proliferación es debida a ventajas metodológicas de este tipo de diseño y a cuestiones íntimamente relacionadas con la propia Geriatría: para entender el complejo proceso del envejecimiento y las modificaciones clínicas y funcionales asociadas, es necesario un tiempo de exposición y, en consecuencia, una observación perspectiva y suficientemente larga. En este trabajo, además de aspectos históricos y metodológicos, analizamos posibles líneas de desarrollo futuro de los estudios longitudinales en el campo del envejecimiento.