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Rosario Ros Navarret, Victoria Consuelo López Cócera, Ilham Mimón Rahal, Eva Pérez Lafuente
Existe un gran porcentaje de recién nacidos (RN) que no requieren prácticamente ninguna intervención para adaptarse a la vida extrauterina. Las primeras 4-6 primeras horas de vida son críticas ya que sufren grandes modifi caciones fi siológicas para adaptarse al nuevo medio. Como profesionales de enfermería, ya sea en la sala de partos, quirófano o sala de maternidad, no olvidaremos este hecho y deberemos valorar y cuidar que esta transición sea correcta.
Existe otro porcentaje de RN que no superan este proceso vital correctamente y necesitan cuidados especializados por pérdida del bienestar fetal (sufrimiento producido al nacimiento ya sea por partos difíciles, aguas meconiales, vueltas de cordón umbilical...), niños deprimidos por la anestesia administrada a la madre, cardiopatías y otras diversas patologías congénitas, prematuridad, etc... Muchos de estos niños dependiendo de su gravedad, y el compromiso vital que sufran, deberán ser ingresados en unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN) donde un cuidado y vigilancia correcto por parte del personal de enfermería será de vital importancia para su supervivencia.
