En Fisioterapia respiratoria, al igual que en otros campos de actuación, nos encontramos con que, para conseguir una mayor eficacia en nuestro tratamiento, en numerosas ocasiones recurrimos a la utilización de ayudas mecánicas a las que, en un principio y en parte por intereses comerciales, se les atribuye una efectividad superior a las técnicas clásicas.
En este artículo nos vamos a centrar en los aparatos de presión espiratoria positiva y, concretamente, en la máscara PEP.
Se va a exponer el razonamiento fisiológico que se le atribuye a la presión espiratoria positiva (PEP) en la limpieza bronquial y, a partir de una recopilación bibliográfica de diferentes estudios comparativos de la máscara PEP con otras técnicas de Fisioterapia, vamos a intentar comprobar si esta explicación teórica se corresponde con los efectos que en la práctica a corto plazo tiene en comparación con estas técnicas, y que justifican su utilización para la eliminación de secreciones bronquiales. Con este fin, la bibliografía seleccionada está relacionada con la fibrosis quística y, en menor medida, con bronquitis crónica, postoperatorios y enfermos de VIH, situaciones todas que se acompañan de gran acúmulo de secreciones