Mª Matilde Ramírez Alvarado, C. Sánchez Roitz, A. Pérez Díaz, E. Millán Brito
La obesidad está asociada con un estado inflamatorio. La proteína C reactiva (PCR) y las proteínas plasmáticas sensibles a inflamación (ISPs) son marcadores de inflamación. El proceso proinflamatorio podría ser influenciado por la ingesta de altas cantidades de ácidos grasos saturados.
Objetivo: evaluar el efecto de la ingesta de una alta carga de ácidos grasos saturados sobre los niveles séricos de PCR y de ISPs (a1-antitripsina, a1-glicoproteína ácida y fibrinógeno) en mujeres obesas.
Metodología: la población estuvo conformada por 15 mujeres obesas (edad = 31,7 ± 4,5 años, IMC = 37,9 ± 7,3 kg/m2) y 15 mujeres normopeso (edad = 30,6 ± 4,6 años, IMC = 20,6 ± 2,6 kg/m2). Los sujetos en ayuno se sometieron a la ingesta de 75 g de grasa (100% ácidos grasos saturados, 0% de colesterol), 5 g de carbohidratos y 6 g de proteína por m2 de superficie corporal. Se midió los niveles en ayuno y postprandiales de PCR y de ISPs. Los parámetros antropométricos y bioquímicos se midieron en ambos grupos.
Resultados: las mujeres obesas presentaron mayores niveles séricos de PCR (p = 0,013) y de fibrinógeno (p = 0,04) que las mujeres normopeso. Los niveles séricos de PCR y fibrinógeno se correlacionaron positivamente con el índice de masa corporal (IMC) en el grupo obeso. No se observó diferencias en los niveles de a1-antitripsina (p = 0,40) ni de a1-glicoproteína ácida (p = 0,28) en ayuno en mujeres obesas en comparación con mujeres normopeso. Los niveles séricos de PCR, a1-antitripsina, a1-glicoproteína ácida y fibrinógeno no cambiaron luego de la ingestión de la cargalipídica (p = > 0,05 diferencia con el nivel preprandial).
Conclusión: la ingesta de una alta carga de ácidos grasos saturados no tiene ningún efecto sobre los niveles séricos de PCR, a1-antitripsina, a1-glicoproteína ácida y fibrinógeno. Los niveles séricos de a1-antitripsina y a1-glicoproteína ácida no están incrementados en mujeres obesas. Los niveles séricos de PCR y fibrinógeno están incrementados en mujeres obesas y se correlacionan positivamente con el IMC.