La mejora del control glucémico en los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 reduce el riesgo de complicaciones vasculares a largo plazo, incluso en la edad pediátrica, sobre todo cuando se realiza un tratamiento intensivo con múltiples dosis de insulina o con sistemas de infusión subcutánea continua de insulina (bombas). A cualquier edad el objetivo debe ser realizar una sustitución insulínica lo más fisiológica posible, intentando conseguir controles glucémicos óptimos.
Sin embargo, las insulinas tradicionales presentan ciertas limitaciones clínicas que han llevado al desarrollo de nuevos análogos de insulina, de acción rápida y prolongada, que han permitido cierta mejoría en el cuidado de la diabetes.