El dolor físico es una señal de alarma. Una vez identificada la causa, el dolor se vuelve inútil. Debe ser tratado y aliviado hasta un nivel que la persona que lo sufre pueda definir como soportable. El dolor es percibido de forma diferente por cada individuo en función de su personalidad, de su historia y del sentido que le dé. El dolor y la sensación que se experimentan son propios de cada individuo.