Las bacterias anaeróbicas difieren de las demás bacterias en varios aspectos. Se desarrollan adecuadamente en áreas del organismo que tienen bajos valores de oxígeno y en los tejidos que sufren un proceso de degeneración, particularmente las heridas profundas y sucias y donde las defensas del organismo están disminuidas. Estas bacterias anaeróbicas no necesitan que haya oxígeno y suelen causar infecciones que se caracterizan por la aparición de acumulaciones purulentas provocando abscesos.
En las heridas crónicas, las bacterias y la presencia de tejido desvitalizado constituyen un obstáculo para que el proceso de cicatrización se desarrolle de forma óptima.
La disponibilidad de nuevos apósitos con plata hidroactiva de liberación sostenida, como agente antibacteriano, abre un horizonte muy prometedor en el tratamiento de estas heridas crónicas.