El término conflicto de intereses se aplica, entre otras, a aquellas situaciones en que la validez e integridad de la investigación puede estar influida por un interés secundario, típicamente un beneficio económico, pero también un posicionamiento ideológico u otros intereses personales o profesionales. En este trabajo se describen y discuten algunas de las formas de conflicto de intereses --particularmente el relacionado con la publicación de trabajos de investigación clínica y epidemiológica financiados por la industria-- y los intentos de regulación de este problema por parte de las revistas médicas, incluyendo referencias a la situación en España. El conflicto de interés no es sinónimo de fraude científico ni malpraxis en investigación, pero en la literatura médica existe suficiente evidencia para considerarlo una importante fuente de sesgos. La forma usual de enfrentar el conflicto de intereses es hacerlos públicos, de forma que los lectores puedan juzgar por sí mismos su importancia. Las políticas editoriales de las revistas españolas se hallan, en general, lejos de darle importancia al conflicto de intereses, aspecto que podría favorecer una actitud de los investigadores --para mantener la financiación u obtener nuevos contratos-- innecesariamente supeditada a los intereses de las empresas