Fundamento y objetivo: En nuestra sociedad persiste una actitud de rechazo hacia la muerte, con la dificultad de que los pacientes tomen decisiones relacionadas con el final de la vida. Sujetos y método: Desde junio a diciembre de 2000, los familiares de primer grado de los primeros 88 pacientes ingresados fueron entrevistados acerca de la preparación del paciente hacia la muerte. Los pacientes considerados para tomar decisiones sobre el final de la vida fueron aquéllos con mala calidad de vida e ingreso previo en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Los familiares fueron entrevistados sobre donación de órganos, testamento vital, representante legal, testamento civil, así como el deseo de limitar el esfuerzo terapéutico en caso de extrema gravedad. La calidad de vida previa se midió según la escala de Karnofsky. Resultados: El 20% de los pacientes expresó su voluntad de donar sus órganos, ninguno tenía testamento vital y el 44% había hecho testamento civil. Cuando los pacientes fueron divididos en grupos según tuvieran o no testamento civil, representante vital, deseo de donar sus órganos y de limitar el esfuerzo terapéutico, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos, excepto para los pacientes con representante vital, que fueron los más jóvenes. Conclusión: Es preciso que la sociedad avance progresivamente hacia la aceptación de la muerte, para que las decisiones que se tomen en el final de la vida, particularmente en la UCI, representen lo más adecuadamente posible la escala de valores del paciente.