La inflamación crónica inducida por la obesidad provoca alteraciones en la homeostasis del hierro, incluyendo hiposideremia, restricción del hierro para la eritropoyesis y anemia leve o moderada. Consecuentemente, la anemia y la deficiencia de hierro son frecuentes entre los pacientes candidatos a cirugía bariátrica (CB). El estudio preoperatorio debe incluir un hemograma completo y la evaluación del status férrico, vitamina B12 y ácido fólico.
Se recomienda realizar un estudio gastrointestinal en la mayoría paciente con anemia ferropénica. Ante una anemia inexplicada, debería postergarse la cirugía hasta que se haya realizado un diagnóstico apropiado.
La anemia perioperatoria se ha relacionado con aumento de morbi-mortalidad postoperatoria y disminución de la calidad de vida después de una cirugía mayor, mientras que la corrección de la anemia y la deficiencia de micronutrientes (hierro, vitamina B12, folato) mejoran el pronóstico y la calidad de vida. Sin embargo, no existen estudios de seguimiento a largo plazo en lo que respecta a la prevalencia, gravedad y causas de la anemia en pacientes CB.
Tras la CB, los pacientes deben recibir suplementos de hierro, pero la tolerancia al hierro oral no es buena; una vez instaurada la situación de ferropenia, ésta podría ser refractaria al tratamiento oral. En estas situaciones, el uso de preparados IV (que evitan el bloqueo del hierro en enterocitos y macrófagos) ha surgido como una alternativa segura y efectiva en el tratamiento de la anemia perioperatoria. Los nuevos preparados de hierro IV, como la carboximaltosa férrica, son seguros, fáciles de utilizar y permiten administrar hasta 1.000 mg en una sola sesión, proporcionando así una excelente herramienta para tratar o prevenir el déficit de hierro en estos pacientes. Después de la repleción de hierro y la resolución de la anemia, deben realizarse controles periódicos de forma indefinida para realizar nuevos tratamientos de mantenimiento si fueran necesarios