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La utilización de sistemas de compresión gradual, como terapéutica asociada para el control de las patologías tromboembólicas, está comúnmente extendida (medias compresivas graduales, vendaje con vendas de crêpe…), aunque incrementa las cargas de trabajo para el profesional de enfermería, y su indicación son limitadas en pacientes de alto riesgo. Se ha generalizado la necesidad de utilizar dispositivos mecánicos, ampliamente reconocida por un nivel de evidencia razonable, para el control de la enfermedad tromboembólica venosa en aquellos enfermos con alto riesgo de sangrado en los que no es posible, o bien cuando está limitado el uso de fármacos para controlar dicha complicación en el paciente encamado. La compresión neumática intermitente (CNI) está integrada en buena parte de recomendaciones y guías de práctica clínica de asociaciones científicas y entidades especializadas como la American College of Chest Physicians (ACCP), y National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE), entre otras. Por ello, queremos mostrar la sencillez de manejo de un dispositivo altamente eficaz en la prevención enfermedad tromboembólica venosa (ETEV), y cómo puede reducir las cargas de trabajo del personal de enfermería, a la vez que nos garantiza cuidados de alta calidad.
