M.E. Morell Sixto, C. Martínez González, J.L. Quintana Gómez
En los países ricos vivimos una paradoja casi esquizofrénica: a pesar de tener mayor calidad y esperanza de vida con mejores indicadores de salud, la sensación de enfermedad y la dependencia del sistema sanitario es cada vez mayor. Es un hecho innegable que hemos cambiado la forma de valorar la salud y la enfermedad, diluyéndose los límites entre ambos y pasando a ser la salud un bien de consumo más. Entre otros, la industria farmacéutica tiene un papel muy importante en la medicalización de la vida, colaborando en la transformación de algunas situaciones normales en patológicas y en la génesis de enfermedades a partir de situaciones potencialmente tratables. La Pediatría no es ajena a este fenómeno; basta observar el espectacular incremento de tratamientos farmacológicos para el déficit de atención con hiperactividad, o en sentido contrario la disminución del diagnóstico de reflujo gastroesofágico, en paralelo a la desaparición de la principal alternativa de tratamiento farmacológico. Pero hay otros agentes implicados directa e indirectamente en este fenómeno de mercantilización de las enfermedades llamado disease mongering, desde el colectivo médico sanitario hasta las instituciones. Identificar y entender el problema es básico para buscar soluciones.
We live an almost schizophrenic paradox in the rich countries: even when we enjoy the best life quality and life expectancy with the best health indicators, the feeling of disease and the dependence on the sanitary system are increasing. It is a fact that we have changed the way we value health and disease, limits between them have become diffuse, health is another consumer�s good. Inter alia, pharmaceutical industry has a very important role in the medicalisation of life, collaborating in the transformation of some normal situations into pathological ones and generating diseases from potentially treatable situations. Pediatrics is involved in this phenomenon too, so you can observe how pharmacological treatments for the attention deficit and hyperactivity disorder have increased, and on the contrary, diagnosis of gastroesophageal reflux has diminished parallel to the disappearance of its main pharmacological treatment. Nevertheless, there are other agents directly or indirectly implicated in this phenomenon of commercialization called �disease mongering�, ranging from sanitary staff to institutions. It is compulsory to identify and understand the problem in order to seek solutions.