Agustín Míguez Burgos, Damián Muñoz Simarro
El hecho de la muerte, de la no vida, ha sido en todas las sociedades, para todos los grupos humanos y para todos los individuos una situación que se ha afrontado de muy diversas formas. En general, a pesar de que la muerte es una parte, un fenómeno de la propia existencia, existe un rechazo hacia ella, hacia las personas que se hallan cercanas a la situación de muerte. En este artículo se presenta una reflexión sobre el proceso terminal, sus características, fases, influencia de nuestras actividades como D. U. E., etc. El objetivo de este artículo no es demostrar unas hipótesis, tampoco lo es establecer verdades absolutas e indiscutibles, ya que el tema se presta a un interminable debate donde siempre las conclusiones serán personales. Lo que pretendemos es invitar a la reflexión, personal o en grupo, para fomentar actitudes positivas en los profesionales de Enfermería de cara al cuidado de enfermos terminales. Estas actitudes se traducirán en una mejor calidad de la asistencia. Terminamos finalmente con una serie de recomendaciones prácticas para que, por medio del cambio de actitudes, mejoremos la asistencia prestada a pacientes terminales, en orden a un aumento en su calidad de vida.
The fact of death, non-life, has been in all societies, for all groups and all individuals a situation that has been faced in many different ways. In general, despite the fact that death is a part, a phenomenon of existence, there is a rejection of it, by people who are close to the situation of death. This article presents a reflection of the terminal process, its features, phases, and influence over activities such as DUE etc. The aim of this paper is not to show assumptions, nor to establish absolute indisputable truths, because the topic lends itself to an endless debate in which the conclusions are always personal. What we want is to invite reflection, personal or group counseling to foster positive attitudes in nursing care for the terminally ill patients. These attitudes will translate into better quality of care. We end with a series of practical recommendations that, by changing attitudes, we should improve care provided to terminally ill patients in order to increase their quality of life.