Las infecciones de partes blandas son un importante problema de salud, con una incidencia creciente y una mortalidad elevada. El aumento de su incidencia se debe al incremento de la población de riesgo (especialmente sujetos inmunodeprimidos), al incremento de las resistencias bacterianas debido al uso inapropiado de antibióticos de amplio espectro y a la capacidad de los patógenos para adaptarse a ambientes nuevos. El tratamiento adecuado incluye un abordaje integral con una vigilancia epidemiológica estricta, el cumplimiento de las recomendaciones terapéuticas empíricas iniciales y un desbridamiento quirúrgico precoz cuando se estime necesario. El principal microorganismo causante de estas infecciones es Staphylococcus aureus. En los últimos años se han descrito múltiples casos por cepas de S. aureus resistentes a meticilina (SARM). En España, la incidencia global del SARM es del 29%, aunque hay series en las que llega hasta el 46,4%. Por este motivo, en la presente revisión se pone especial interés en este microorganismo.