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Estamos a las puertas de cambios importantes tanto en la profilaxis como en el tratamiento de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV). En profilaxis debemos mejorar la prescripción de tromboprofilaxis a los pacientes médicos encamados y debemos mejorar nuestras estrategias de detección precoz de la enfermedad en pacientes de alto riesgo. Los nuevos fármacos anticoagulantes, de próxima aparición, pueden ayudar a mejorar el cumplimiento terapéutico. En tratamiento las perspectivas de futuro se centran en el mejor conocimiento de qué pacientes con embolia pulmonar pueden tratarse a domicilio de manera segura, y un tratamiento individualizado de los pacientes con situaciones de riesgo.
