Los objetivos del seguimiento de la tromboembolia pulmonar (TEP) son evitar recidivas y secuelas, como hipertensión arterial pulmonar y síndrome postrombótico de extremidades inferiores, cuando se acompaña de trombosis venosa profunda (TVP). En la mayoría de las TEP desencadenadas por un factor de riesgo transitorio, sin otros añadidos, la duración del tratamiento anticoagulante oral (TAO) está establecida en 3-6 meses. En las TEP idiopáticas, las circunstancias desencadenantes no son claras, el riesgo de recidiva es más elevado, y la duración del TAO no está bien definida, con una tendencia progresiva hacia la anticoagulación a largo plazo. La duración se determinará por un balance periódico individualizado entre riesgo de recidiva y riesgo hemorrágico. Es por ello que se debe conocer y monitorizar los factores que aumentan el riesgo de recidiva. En los últimos años se ha demostrado que, además del cáncer, algunas trombofilias y TEP o TVP de repetición, también son marcadores de recidiva la trombosis venosa residual, así como la persistencia de disfunción del ventrículo derecho. Asimismo, el dímero D parece tener un papel como predictor de riesgo de recidiva. Por otra parte, también es imprescindible la monitorización funcional, al menos los primeros 2 años, mediante ecocardiografía, para detectar hipertensión pulmonar asociada a tromboembolia pulmonar crónica, lo que implicaría mantener el TAO indefinidamente.