Lorena Arranz, Lydia Giménez Llort, Nuria M. de Castro, Isabel Baeza, Mónica de la Fuente del Rey
Introducción Los estudios de la Organización Mundial de la Salud indican que las personas viudas muestran menores índices de salud física y mental que el resto de la población de la misma edad cronológica. Por otra parte, la viudez y el aislamiento social son condiciones frecuentes en los mayores; sin embargo, las mujeres son las que presentan mayor incidencia, dada su mayor esperanza de vida media. Así, el objetivo del presente trabajo fue crear un modelo animal de soledad durante la vejez para estudiar en éste los cambios en el perfil cognitivo, conductual e inmunitario a los que conduce el aislamiento social en esta etapa de la vida.
Materiales y métodos Veinte ratones hembras de la cepa C57b/129sv estabulados en grupos de 4 a 5 animales hasta su vejez (18 meses de edad) siguieron en grupo (grupo control, n=10) o se aislaron a partir de ese momento y hasta alcanzar 24 meses de edad (ratones aislados, n=10). A esta edad avanzada los animales realizaron una serie de pruebas para valorar neofobia (test de esquinas), ansiedad (campo abierto) y aprendizaje y memoria (laberinto acuático de Morris). Posteriormente, se sacrificó a los animales, se obtuvo el timo y de éste la suspensión celular en la que se analizó la capacidad citotóxica de las células natural killer (NK) frente a la línea tumoral murina YAC-1.
Resultados El estudio conductual puso de manifiesto que los animales aislados durante la vejez muestran un declive funcional y cognitivo, con aumento de la neofobia y de la ansiedad así como problemas de aprendizaje y memoria. Además, la soledad conduce a una disminución de la actividad de las células NK tímicas.
Conclusiones Se demuestra la importancia del aislamiento y de la soledad durante la vejez, lo que exacerba la involución mental e inmunitaria durante este período a pesar de haber mantenido una vida social normal durante las etapas vitales anteriores.