Almudena Oliva Abanades, María Milagros Montserrat Ballesteros García
Cuando recibes la noticia de que tu primer servicio de prácticas clínicas en el último curso va a ser la Unidad de Cuidados Paliativos, la primera idea que se cruza por tu cabeza es: ¡ufff! No piensas en personas activas, sino en pacientes en su mayoría ancianos, encadenados a una cama, que casi no puedan hablarte ni sonreír. Se te plantean dudas, miedos y miles de ideas que hacen replantearte tu posición. Probablemente, la muerte de frente, te hace recapacitar sobre estas cosas, y es que mi anterior experiencia ante ella no había sido precisamente modélica.