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El intestino humano es el hogar de una cantidad casi inconcebible de bacterias. En general, la relación humano-bacteria suele ser de mutualismo y proporciona beneficios a ambos socios. De hecho, nuestro bagaje genético está integrado tanto por el genoma propiamente humano como por el microbioma, que integra a los genomas de nuestros socios microbianos. El conjunto del genoma humano y del genoma de los distintos microorganismos que nos habitan constituye el metagenoma humano. En consecuencia, los humanos somos superorganismos cuyo metabolismo representa una amalgama de propiedades microbianas y humanas. En los últimos años, se están generando nuevos conocimientos en torno al origen, composición y funciones de los distintos integrantes de la microbiota intestinal. En este artículo se discute el papel del tránsito a través de la placenta y de la leche humana como fuentes de bacterias para la colonización inicial del intestino neonatal.
