No obstante los avances logrados en los cuidados perioperatorios y técnicas quirúrgicas; las perforaciones del esófago torácico ocasionan alta morbi-mortalidad. Evaluamos el tratamiento de las perforaciones del esófago torácico y se determina cuál es el tratamiento más apropiado. Entre 1979-1999 se revisaron retrospectivamente los expedientes clínicos (Hospital �Miguel Pérez Carreño�, Caracas)de 84 pacientes con perforaciones del esófago torácico, masculinos 44, hembras 40, edad media, de 57 ± 3,2 años; rango, 23 � 81 años. El tratamiento se realizó en las primeras 24 horas en el 62%(52/ 84), en 48 el retraso promedio fue de 6,3 ± 1,3 días ( rango 3-8 días). En el 27,38%, la perforación estaba localizada en el mediastino y el tratamiento fue médico. Cuatro de ellos desarrollaron empiema y fueron sometidos a esofagectomía. La afección extramediastínica se diagnósticó en el 72,62%. Las opciones quirúrgicas fueron: esofagectomía (n =11), drenaje (n = 4) síntesis primaria simple (n = 10), primario reforzado (n = 36). Tres pacientes con cierre simple y uno con el reforzado presentaron dehiscencia y fallecieron (4,76%). Todos los esofagectomizados sobrevivieron. En la afección mediastinal la mortalidad fue cero, en la extramediastinal fue el 11,5%. La perforación del esófago torácico es una entidad clínica con alta morbi-mortalidad que requiere establecer el diagnóstico precoz y tratamiento inmediato. En pacientes seleccionados es posible realizar el tratamiento médico con buenos resultados. Preconizamos la esofagorrafia primaria reforzada independiente del tiempo transcurrido entre la lesión y reparación, excepto cuando la pared del órgano esta en muy malas condiciones; donde la esofagectomía resulta ser la única alternativa.