Mª Esperanza Ramos Sánchez, Sergio Domínguez Domínguez, Juana Rocío Reyes Bautista
Se define la incontinencia urinaria (IU) como la pérdida involuntaria de orina que es objetivamente demostrable en grado suficiente para constituir un problema social e higiénico en quien la padece (Internacional Continente Society). El impacto sobre la calidad de vida de la IU es superior a otras patologías crónicas, como la hipertensión o la diabetes; deteriora la calidad de vida, reduce la autoestima, teniendo graves repercusiones psicológicas y sociales (la persona cambia muchos de sus hábitos diarios para adaptarse a ella, limitando salidas, reuniones, viajes, el uso de algún tipo de transporte público...) y además provoca un enorme gasto sanitario; en países desarrollados supone el 2% del presupuesto, debiéndose el 90% del gasto a los accesorios (en España en 1996 supuso el 3,2% de la prestación farmacéutica del SNS).
Entre los diferentes tipos de incontinencia encontramos la incontinencia urinaria de Esfuerzo (IUE), o también denominada de estrés que se produce cuando el aumento de presión intraabdominal (producido por la tos, risa, estornudos, levantar pesos...) supera la resistencia uretral, permitiendo la expulsión de orina en ausencia de contracción del detrusor. Entre sus causas se incluyen la deficiencia estrogénica, la debilidad de los músculos pelvianos, la debilidad del esfínter uretral y la obesidad. Diversos estudios sobre IU muestran una mayor prevalencia en mujeres y un aumento de la misma con la edad, menopausia y el número de partos, oscilando entre el 40,6% y el 75% según el grupo de edad.
Estamos, por tanto, ante un problema de gran magnitud, en el que enfermería puede colaborar en su resolución, mediante la metodología enfermera; valorando, formulando diagnósticos con taxonomía NANDA, objetivos a conseguir (NOC) y estableciendo las intervenciones más adecuadas en cada caso (NIC), procediendo después a su evaluación.
Este trabajo pretende evaluar en qué medida las intervenciones aplicadas (biofeedback más ejercicios de suelo pélvico) en nuestra consulta a las pacientes diagnosticadas de IUE mejoraron su calidad de vida.
The urinary incontinence (UI) is defined as the involuntary loss of urine that is objectively proved in sufficient degree to constitute a social problem and hygienic in the one who suffers it (International Continent Society).The impact on the quality of life of the UI is superior than other chronic pathologies, as the hypertension or the diabetes; it deteriorates the quality of life, reduces the self-esteem, having severe psychological and social repercussions (the person changes many of their daily habits to adapt to it, limiting going out, meetings, journeys, the use of some type of public transportation�) In addition, it provokes an enormous health care expense, in developed countries it means the 2% of the budget; the 90% of the expense is due to the accessories (in Spain in 1996 it meant 3.2% of the pharmaceutical service of the SNS).
Among the different types of incontinence we find the Urinary Incontinence of Effort (UIE) or also named of stress that is produced when the intraabdominal increase of pressure (produced by the cough, laughter, sneezes, to lift weights...) surpasses the urethral endurance, allowing the ejection of urine in the absence of contraction of the detrusor. Among their causes the estrogenic deficiency, the weakness of the pelvic muscles, the weakness of the urethral sphincter and obesity are included. Different studies on UI show a greater prevalence in women and an increase of it with age, menopause and the number of deliveries, oscillating between 40.6% and 75% depending on the age group.
Therefore, we are in the faced with a problem of great magnitude, in which nursing can collaborate in its resolution, through the nursing methodology; valuing, formulating diagnoses with NANDA taxonomy, objectives to obtain (NOC), and establishing the most adequate interventions in every case (NIC), proceeding afterwards to its evaluation.
This work intends to evaluate in what measure the applied interventions (biofeedback adding pelvic floor exercises) in our practice to the diagnosed of IUE patients improved their quality of life.