El saber enfermero se caracteriza epistemológicamente en la actualidad como un conocimiento práctico, el que por su propia naturaleza personal y tácita no puede ser formalizado ni transmitido, sólo puede ser demostrado. Este saber práctico reflexivo existe en la acción profesional de manera implícita y personal, y se desarrolla en una realidad compleja, incierta y saturada de valores. En la formación profesional, este conocimiento práctico debería orientar el planeamiento y la acción curricular. Más allá de preguntar cómo mejorar la «aplicación» en la práctica del conocimiento académico, deberíamos buscar maneras para que los estudiantes comprendan cómo las enfermeras competentes son capaces de manejar las zonas indeterminadas de su práctica. En este trabajo se presentan los fundamentos epistemológicos de las concepciones alternativas a la visión tecnológica dominante de la relación jerárquica entre conocimiento técnico y la práctica educativa o cuidativa.