El lavado de las manos se ha considerado con razón una medida de higiene personal durante siglos. Actualmente se dispone de suficiente evidencia científica que demuestra que esta medida sencilla y barata puede ayudar a reducir las infecciones de forma clínica y sanitariamente significativa. A pesar de ello, los estudios publicados muestran que la higiene de las manos se realiza sólo entre un 15 y un 50% de las veces en las que debería llevarse a cabo. Con objeto de apoyar a los diferentes países en el establecimiento de prioridades para hacer frente a las infecciones relacionadas con la atención sanitaria, la Organización Mundial de la Salud ha desarrollado una campaña destinada a mejorar el cumplimiento la higiene de las manos. Para ello son elementos clave la formación del personal, el cambio de sus hábitos, su motivación y la accesibilidad a los productos en los puntos de atención a los pacientes. A nivel institucional es necesario que los gestores sanitarios se posicionen de forma manifiesta, situando la higiene de las manos como uno de los objetivos de calidad de la institución.