Una atención sanitaria segura requiere aplicar procedimientos y prácticas con demostrada efectividad para reducir la aparición de fallos, errores y resultados adversos y también generar nuevos conocimientos sobre los factores que contribuyen a mejorar la seguridad del paciente. Los resultados adversos y la seguridad del paciente no son conceptos distintos, sino las dos caras de una misma moneda: el riesgo asistencial. Debemos procurar que la prioridad de sanitarios y gestores sea la seguridad del paciente antes que las consecuencias de su deterioro. Son áreas fundamentales de investigación: estimar la magnitud y las características del riesgo clínico, comprender los factores que contribuyen a la aparición de resultados adversos, evaluar el impacto de los resultados adversos en el sistema sanitario e identificar soluciones efectivas, factibles y sostenibles para lograr una atención segura. Las cuestiones clave al elaborar proyectos de investigación sobre seguridad del paciente son: los objetivos del proyecto, su prioridad, la calidad de los datos e información, los recursos disponibles y la metodología. El estudio de la seguridad del paciente y los resultados adversos precisa de dos perspectivas complementarias: una colectiva, fundamentada en el método epidemiológico y orientada a cuantificar los riesgos asistenciales, y otra individual, basada en métodos cualitativos, encaminada a analizar las causas y los factores contribuyentes. Para mejorar la investigación sobre seguridad del paciente son necesarios: mejores sistemas de información, mayor colaboración entre los países desarrollados y países en transición y formación y difusión amplia de experiencias y resultados de los proyectos.