Ángel Ruiz Téllez
Responder a esta sentencia precisa de un mínimo de condiciones. La primera, disponer, como empresa o parte de ella, de un único, valioso y digno propósito sanitario. La segunda, transitar colectivamente por un análisis común de información conceptual que evite la tentadora utilización que algunos hacen del «¡cuánto peor, mejor!», demoledor aliado de la insuficiencia y la mediocridad. La tercera, una especial disposición profesional de los centros hacia las necesidades y percepciones del paciente.