J. Álvarez
El estudio intenta garantizar qué método de compresión (flexión o extensión) es el más idóneo tras la extracción de sangre de la flexura de las extremidades superiores. El estudio consta de dos fases claramente diferenciadas: en la primera fase se observó la presencia de hematoma a las 24 h de la extracción de una muestra sanguínea, en la que se detectó una alta prevalencia de la complicación (32%), si bien la presencia de hematoma no guardó relación con ninguna de las dos técnicas de compresión contrastadas; en una segunda fase, el estudio con observación ciega y enmascaramiento demuestra, mediante la intervención del equipo investigador sobre la técnica de compresión, que se puede rebajar el porcentaje de aparición de hematoma postextracción al 19%, al garantizar la correcta realización de cualquiera de las dos técnicas de compresión, sin existir diferencias entre la aplicación de una técnica de compresión u otra. El estudio demuestra que estamos ante una complicación de alta prevalencia y que se debe garantizar la correcta realización de la técnica para su control, sobre todo en los pacientes de edades avanzadas en los que existe mayor riesgo de desarrollar hematomas postextracción