Antes de iniciar cualquier proceso docente es fundamental conocer el perfil, el nivel de conocimientos, las necesidades formativas y las expectativas de los posibles alumnos. Esta realidad, que es fácilmente asumible por todos los docentes, adquiere una mayor relevancia en la formación de adultos, categoría en la que se incluye la formación posgraduada en medicina de familia. Además la formación de especialistas en medicina familiar y comunitaria (MFyC) debe ser una docencia adaptada a las necesidades de los residentes, tal como indica el programa docente de la especialidad.