Objetivo. Evaluar la autopercepción de salud (AS) de los mayores de 65 años no institucionalizados. Relacionar dicha AS con edad, sexo, nivel socioeconómico (NSE) y utilización de servicios sanitarios (USS). Diseño. Descriptivo transversal sobre muestra estratificada por edad y sexo. Emplazamiento. Ciudad de Ávila. Participantes. Un total de 425 entrevistas representativas de la población censal de mayores de 65 años utilizando el Cuestionario de Salud SF-36 y un cuestionario complementario que recoge información sobre NSE y USS. Resultados principales. El índice de bienestar QWB es de 0,67 (0,69 varones; 0,65 mujeres), decreciendo con la edad (0,70 en < 70 años; 0,59 en > 84 años). Las mejores puntuaciones en el cuestionario se dan en las dimensiones función social (81,1) y rol emocional (79,8) y las peores en salud general (51,9) y vitalidad (58,5), con mejores valores siempre en varones (p < 0,05 excepto en función física [p = 0,05] y salud general [p = 0,47]). A mayor edad siguen peores puntuaciones, afectándose más función física (50,6%) y rol físico (45,7%) y menos salud mental (12,1%), salud general (16,1%) y rol emocional (17,8%). Los varones perciben más estable su salud que las mujeres (63,7% frente a 44,6%; p < 0,001). Hay mejor AS cuanto mayor es el NSE (p < 0,05 en todas las dimensiones), mayor es el nivel de estudios (p < 0,05 excepto en función social) y menor es la USS (p < 0,05 excepto en salud mental-ingreso hospitalario). Conclusiones. El índice de bienestar de nuestros ancianos es comparable al de otras poblaciones. Los varones presentan mejor AS que las mujeres y perciben que su salud se mantiene estable en mayor proporción. La AS empeora con la edad significativamente. Un mayor NSE y una menor USS se relacionan con una mejor AS.