Juan Antonio Divisón Garrote
Objetivo. Evaluar la concordancia entre las medidas de la presión arterial (PA) de la oficina de farmacia (OF) y la consulta de enfermería (CE) del centro de salud (CS). Diseño. Estudio descriptivo. Emplazamiento. Marco comunitario. Métodos. De forma voluntaria han participado 36 OF de la provincia de Albacete en las que han realizado 3 medidas de PA, sin instrucciones previas y con sus aparatos de medida habituales, a 3-5 sujetos que posteriormente acudían a sus CS para que en la CE les llevaran a cabo otras 3 mediciones de PA con sus esfigmomanómetros de mercurio y en sus condiciones habituales de medida (medición ciega respecto de las realizadas en la OF). A los sujetos se les entregaba un sobre franqueado para remitir las medidas de PA de la CE al colegio de farmacéuticos. Resultados. Se han completado las 6 medidas de PA a 96 sujetos con una edad media de 57,3 años (63% mujeres). Las diferencias entre la OF y la CE fueron > 5 mmHg en 58 sujetos (60,4%) en el caso de la PAS y en 45 sujetos (46,9%) en el caso de la PAD, y llegaron a ser de más de 15 mmHg en 17 sujetos (17,7%) en la PAS y en 9 sujetos (9,4%) en la PAD. La media de las diferencias fue de 9,5 mmHg (DE, 8,4 mmHg) y de 6,4 mmHg (DE, 5,3 mmHg), respectivamente. La proporción de utilización del dígito 0 fue del 22% en la OF y del 46,5% en la CE. En la mayoría de las OF se han utilizado dispositivos electrónicos de medida de la PA, pero no validados para uso clínico. Conclusiones. La OF puede ser un buen lugar para el cribado de la HTA, pero el farmacéutico/a debe estar entrenado en la medida correcta de la PA y utilizar aparatos electrónicos validados. La estandarización en las condiciones de medida y el uso de aparatos electrónicos validados se debe hacer extensible a la CE.