A. Vila
Objetivos. Estudiar la influencia de la hemoglobina glucosilada (HbA1c) sobre el comportamiento terapéutico de los médicos de atención primaria en el tratamiento del paciente con diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Diseño. Estudio observacional retrospectivo. Ámbito. Área básica de salud urbana. Sujetos. Muestra aleatoria y representativa de 152 pacientes con DM2 entre los que se obtuvo un total de 265 episodios clínicos documentados con petición y valoración del resultado de HbA1c durante el período 1999-2000. Medidas e intervenciones. Para cada episodio clínico valoramos la cifra de HbA1c y de glucemia basal (GB), así como la repercusión terapéutica del resultado sobre el tratamiento del paciente: sin cambios (SC), refuerzo de medidas higienicodietéticas (RMHD), incremento de dosis (ID) o cambio terapéutico (CT). Resultados. Observamos una cifra media de 0,87 ± 0,03 solicitudes de HbA1c por paciente/año globalmente. Del total de 265 HbA1c estudiadas, el 54,7 ± 5,9% pueden ser consideradas aceptables; el 18,4 ± 4,6%, deficientes, y el 26,9 ± 5,3%, inaceptables. Sin embargo, globalmente observamos que el resultado de la HbA1c comportó SC en el 40,3 ± 5,8%; supuso RMHD en el 18,7 ± 4,7%; implicó ID en el 25,9 ± 5,2%, y CT en el 15,1 ± 4,2% de los casos. Se produjeron modificaciones terapéuticas (CT o ID) en el 26,8% de los casos cuando la HbA1c era aceptable; en el 60,4% de los casos cuando era deficiente, y en el 60% de los casos cuando era inaceptable (p < 0,001). Conclusiones. Cabe destacar que, aunque la HbA1c sea muy deficiente, solamente se realiza un incremento de dosis o cambio de tratamiento en menos de las dos terceras partes de la población. Asimismo, resulta paradójico que, a pesar de obtener HbA1c con resultados aceptables, se introduzcan modificaciones terapéuticas en casi el 25% de los pacientes