Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad es uno de los factores que más influye en el riesgo de padecer enfermedades crónicas y morir prematuramente.
El tratamiento integral de la obesidad se caracteriza no sólo por la implantación de un régimen dietético moderado, sino también por la modificación de los hábitos alimentarios y del estilo de vida.Debido a que el tratamiento de la obesidad es un proceso crónico, la dieta prescrita deberá ser mantenida a largo plazo. Para asegurar un cumplimiento a largo plazo de la dieta hipocalórica prescrita, además de cumplir los requisitos necesarios para la creación de un balance energético negativo, deberá ser equilibrada, variada, sabrosa y adaptada a las necesidades del enfermo.
A lo largo de los años se han desarrollado, incluso se han inventado, diversos tipos de dietas para conseguir una pérdida de peso rápida que en muchos casos es fruto de una búsqueda de beneficios económicos, más que de la promoción de una dieta sana y equilibrada. Estas "dietas milagro" o "dietas populares" usan estrategias variadas y argumentos pseudo-científicos para convencer de sus bondades. El tratamiento de la obesidad es un proceso a largo plazo, en que no sólo está implicada la pérdida de peso, sino también la adquisición de hábitos de vida saludables, por lo que deberá ser llevado a cabo por un equipo multidisciplinar en el cual deberán tener un peso importante de implicación la figura del psicólogo, el profesional en materia de actividad física y deporte y el dietista-nutricionista experto en nutrición equilibrada y alimentación saludable.