Joan Quiles i Izquierdo, Carmen Pérez Rodrigo, Lluís Serra Majem, Blanca Román Viñas, Javier Aranceta Bartrina
La obesidad se ha configurado como un importante problema de salud pública en la mayor parte de los países desarrollados y también en las economías en transición. La magnitud alcanzada en las últimas décadas y su rápida evolución, sobre todo entre la población más joven han dado la voz de alarma.
Entre la población infantil y juvenil afecta en mayor medida a los varones en edad prepuberal y la prevalencia en este grupo de población se ha duplicado en los últimos 15 años. En la población adulta, la obesidad es más frecuente en las mujeres, especialmente a partir de los 40 años y en mayor medida en los colectivos de entorno socioeconómico y cultural desfavorecido.
Su asociación con un aumento en la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, patología del sistema musculoesquelético e incluso con algunos tipos de cáncer, entre otras enfermedades, hace que la obesidad conlleve un deterioro en la calidad de vida e incluso en la esperanza de vida, además de importantes costes económicos y sociales añadidos.
Importantes cambios sociales y económicos en las últimas décadas han inducido transformaciones en los hábitos alimentarios y de actividad física. Como consecuencia el perfil medio de la dieta, con un elevado contenido en elementos refinados, se caracteriza por una elevada densidad energética y una densidad nutricional inadecuada. Al mismo tiempo, se ha impuesto de manera predominante un estilo de vida sedentario en todos los grupos de edad, tanto en el desempeño de las ocupaciones diarias como en el tiempo de ocio, con desplazamientos mecanizados, ocio sedentario y escasa dedicación a la práctica de ejercicio físico.
La Organización Mundial de la Salud y otros organismos han llamado la atención sobre la necesidad urgente de la puesta en marcha de planes de acción efectivos. En 2004 aprobó la Estrategia Global sobre Dieta y Actividad Física e instaba a los estados miembros a la implantación de planes nacionales de actuación. El Ministerio de Sanidad y Consumo, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición impulsó en este contexto el desarrollo de la Estrategia NAOS de Nutrición, Actividad Física y Obesidad, con un programa específico dirigido de manera prioritaria a la intervención en el medio escolar, el Programa PERSEO.