Actualmente existe acuerdo sobre que la documentación de la toma de decisiones presente en el proceso enfermero resulta imprescindible para mejorar la calidad de atención enfermera, gestionar los recursos, investigar sobre la mejora de los cuidados o enseñar a los futuros profesionales. La búsqueda de sistemas de documentación más eficientes ha propiciado el desarrollo de herramientas como las taxonomías de lenguaje enfermero, los planes de cuidados estandarizados y las aplicaciones informáticas. Sin embargo, a pesar del indiscutible beneficio de estos avances tecnológicos, se están observando riesgos derivados de su inadecuada utilización sobre los que merece la pena reflexionar.
El propósito de este artículo es poner de manifiesto las imprecisiones identificadas en el proceso diagnóstico enfermero y señalar las consecuencias de éstas para la persona objeto del cuidado, la profesión y la disciplina. Asimismo, se plantean posibles explicaciones de la ocurrencia de estas imprecisiones, que parten del cuestionamiento de la adecuación de las herramientas y del significado que las enfermeras otorgan a su utilización.
Finalmente, se concluye que el potencial beneficio de la tecnología depende de cómo y para qué sea utilizada, ya que puede convertirse en algo perverso cuando su dominio constituye un fin en sí mismo. Por tanto, la competencia en el manejo de la tecnología debería incluir el dominio del proceso de razonamiento diagnóstico y el desarrollo de pensamiento crítico.