Engracia Martín Chacón, Mª Carmen Martín Alvarez, Marina Sánchez Calzado, Virgilio Banegas Sultán, Olga Gil del Reino, Josefina Menayo Gómez, Filomena Romero Rangel, Adoración Blanco Ruiz, Esperanza Hinchado Laso, Sergio Barroso Hernández
La bacteriemia relacionada con el catéter es una de las principales complicaciones aumentando el riesgo de pérdida del catéter o incluso la muerte del paciente. La utilización de sellado de las luces del catéter con antibióticos o el empleo de mupirocina tópica en el orificio de salida del catéter ha demostrado disminuir la incidencia de bacteriemia; sin embargo, un manejo lo más aséptico posible del catéter es la principal herramienta para disminuir esta incidencia. Objetivo: evaluar la tasa de incidencia de bacteriemias en pacientes portadores de catéter tunelizado sin la utilización de sellado con antibióticos ni la utilización de mupirocina haciendo especial hincapié en la asepsia durante la manipulación. Se incluyeron todos los pacientes portadores de catéter tunelizado desde el 1 de enero al 31 de diciembre de 2007. En total fueron 17 pacientes, 4 hombres y 13 mujeres con una edad media de 71,3 (11,3) años. El protocolo consistía en la utilización de un campo los más aséptico posible, el uso de guantes cada vez que se manipulara el catéter, uso de mascarillas tanto por el manipulador como por el paciente y la desinfección del orificio de salida del túnel con clorhexidina, así como de ambas conexiones del catéter al comenzar y al finalizar la sesión. A fecha 31 de diciembre la prevalencia de pacientes con catéter tunelizado era del 38,5%. Durante el periodo de estudio se produjeron un total de 8 bacteriemias en un total de 4462 días de seguimiento (tasa de incidencia de 1,8 bacteriemias/1000 catéter- día). Cuatro hemocultivos fueron positivo a Staphylococcus epidermidis, 1 a Corynebacterium, 1 a Staphylococcus auricularis y 2 fueron negativos. No se produjo ninguna bacteriemia por Staphylococcus aureus ni tampoco algún signo de infección del orificio de salida. Conclusión: un manejo lo más aséptico posible del catéter disminuye el riesgo de bacteriemia relacionada con el catéter sin necesidad del empleo de sellado con antibióticos ni de mupirocina tópica.