Las alternativas propuestas actualmente para el tratamiento sustitutivo del fracaso renal agudo son la hemodiálisis estándar en pacientes con estabilidad hemodinámica y sin hipercatabolismo, la hemodiafiltración veno-venosa continua en enfermos con inestabilidad hemodinámica e hipercatabólicos y más recientemente la Slow Low Efficient Daily Diálisis (SLEDD) y sus variantes en pacientes estables o inestables hemodinámicamente hipercatabólicos.La elección de una técnica u otra se hace en función de la clínica del paciente y de su tolerancia hemodinámica.
La diálisis mantenida de baja eficiencia SLEDD es un híbrido conceptual y técnico introducido en julio de 1998 en la Universidad de Arkansas que comprende la aplicación de un monitor convencional de hemodiálisis con flujos de dializado y sangre reducidos, para tratamientos, inicialmente nocturnos y de 12 horas de duración. Esta técnica ofrece numerosos beneficios dado que combina las ventajas de la hemodiálisis convencional intermitente con las técnicas dialíticas continuas1: una baja tasa de ultrafiltración para optimizar la estabilidad hemodinámica, baja eficiencia en el aclaramiento de solutos para minimizar el desequilibrio de estos y duración mantenida del tratamiento para maximizar la dosis de diálisis2. Aún así, la terapia de sustitución renal continua es considerada superior por muchos intensivistas, debido principalmente a la gran cantidad de aclaramiento convectivo conseguido.