El enfermo oncológico puede presentar de forma simultánea varios tipos de dolor. Este hecho unido al componente psicológico del diagnóstico de cáncer, produce un difícil manejo del dolor.
Un tratamiento farmacológico junto con un apoyo psicológico adecuados consiguen minimizar e incluso controlar el dolor oncológico.
Desde nuestra experiencia en oncología, hemos comprobado que la enfermera cuida que se realice una toma correcta de la medicación, reduce miedos y aclara dudas sobre el uso de mórficos, contribuye a reducir la ansiedad y apoya emocionalmente al enfermo y su familia.
Por todo ello, creemos que los cuidados de enfermería son esenciales durante todo el proceso de la enfermedad: empiezan antes del diagnóstico y, en ocasiones, acaban después de la muerte.