Ya estaba allí. A pesar de que no había transcurrido mucho tiempo desde que había cursado las pruebas cruzadas, ya había recibido el concentrado de hematíes que debía ser trasfundido a María. Mientras alcanzaba una temperatura óptima, me acerqué a verla a fin de dispensarle los cuidados enfermeros habituales previos a una trasfusión