La fibromialgia es una enfermedad que se caracteriza por dolores crónicos, generalizados a nivel músculo-esquelético, astenia, rigidez y falta de sueño reparador y no tiene causa conocida.
El papel de la enfermera en el cuidado de estos pacientes consiste fundamentalmente en ayudarles a manejar y controlar los síntomas para mejorar su calidad de vida.
La práctica sistemática de ejercicios físicos, los automasajes y la relajación realizados en el domicilio y el seguimiento de normas de higiene postural, constituyen el tratamiento no farmacológico recomendado para mejorar el dolor y el resto de síntomas.
En este artículo se describe en qué consiste la intervención enfermera para enseñar al paciente con fibromialgia la realización de estas técnicas, que realizadas de forma regular, pueden ayudar a que el paciente note mejoría en su sintomatología y sienta un mayor control de su enfermedad.