En los últimos años el mercado de servicios dentales en España ha sufrido una fuerte transformación, de acuerdo con un proceso evolutivo en el que han acontecido: formas particulares de organización empresarial, aparición de grupos económicos con distinta capacidad de presión y la consolidación de determinadas prácticas mercantilistas. El mercado dental ha pasado en pocos años de comportarse como un oligopolio con hegemonía del proveedor (dentista) a un oligopsonio con hegemonía de la demanda (pacientes o corporaciones que controlan grupos de pacientes). El principal origen de las alteraciones que ha sufrido el mercado ha sido el crecimiento desorbitado de la oferta de servicios dentales. En los últimos 20 años el número de dentistas colegiados en nuestro país se ha incrementado en un 309%, hasta alcanzar los cerca de 21.000 que hay en la actualidad. La pérdida de poder de mercado de los dentistas ha animado la entrada de inversores ajenos a la odonto-estomatología. Las mutuas y compañías aseguradoras, así como las grandes cadenas de franquicias dentales, acentúan aún más los problemas del mercado de servicios dentales. Ante la escasez de medidas de regulación estas organizaciones están imponiendo fuertes descuentos a modo de sistemas de financiación en la mayoría de los productos aseguradores, o estrategias de precio gancho en el caso de las franquicias, sistemas que debilitan la competencia y alientan la realización de tratamientos de escasa calidad y mala praxis.