Consuelo Carretero Sierra, Ana Isabel García González, Cristina Gómez Menor, Laura Hilara Rico, Mariana Lorite Godoy, Lourdes Marcos Ayala, María Medina Real, O. Ortega
El embarazo en pacientes con nefropatía supone un riesgo tanto para la madre como para el feto. La frecuencia de embarazo en diálisis es baja, entre el 0.3 y el 0.75% al año de las mujeres en edad fértil, debido a que la insuficiencia renal conlleva trastornos hormonales y la mayoría de los ciclos son anovulatorios. Cuando se produce el embarazo la incidencia de abortos espontáneos es elevada, así como la presencia de hipertensión materna, lo que, añadido a las dificultades en el manejo de la diálisis en estos pacientes, dificulta el desarrollo normal de la gestación.
En los últimos años la supervivencia infantil ha mejorado (actualmente se sitúa entre el 40-60%) debido al control y tratamiento dialítico más intensivo. No obstante, la tasa de prematuridad es superior al 80% con una edad gestacional media entre 32 y 33 semanas, y finalización de la gestación mediante cesárea en las dos terceras partes, generalmente por HTA y preeclampsia. En cuanto al hipotiroidismo en la mujer adulta, produce cambios en el ciclo. El principal trastorno ginecológico del hipotiroidismo es la anovulación. Las mujeres con hipotiroidismo moderado o leve no tratado pueden embarazarse pero existe mayor riesgo fetal: aborto de primer trimestre, mortinato o parto prematuro. Las consecuencias del hipotiroidismo materno sobre el feto son variadas: se han descrito anomalías congénitas en el 10-20% y mortalidad perinatal hasta en un 20%. En la gestante hipotiroidea deben medirse frecuentemente los niveles sanguíneos de TSH para ajustar el tratamiento hormonal sustitutivo. En la actualidad se sabe que el 75% de las gestantes requieren aumentar hasta un 50% la dosis de su medicación basal para normalizar las cifras de TSH.
Presentamos aquí un caso de una paciente gestante con IRC en HD que concluyó con éxito y sin complicaciones graves para la madre y el feto. La singularidad de este caso radica en varios hechos: que se haya producido embarazo estando en programa de hemodiálisis, que la gestación se haya producido sin incidentes relevantes y que el bebé naciera a término por vía vaginal con un peso de 2.440 gr. y sin sufrimiento fetal de ningún tipo. Debemos añadir a este caso el problema añadido del hipotiroidismo en la madre.